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La Necesidad de Visibilizar a tantos Jóvenes Invisibles

Quiero escribirles sobre una realidad invisible para la gran mayoría, casi para toda la sociedad, que es la que viven tantos jóvenes que deben egresar de hogares de protección al cumplir los 18 años.


Desde hace unos días llegó a mis manos el libro Luces entre la Niebla, el cual leo pausadamente no por flojera, sino por el dolor que me causan los testimonios. En dicho libro las autoras cuentan historias de jóvenes que han sido desvinculados de sus familias de origen y trasladados a hogares de menores, una situación que sucede a nuestras espaldas, que muchos desconocemos y solo nos enteramos cuando aparecen noticias terroríficas.


Los jóvenes de estas residencias viven momentos de mucho dolor, sufren de carencias en todo sentido y cuando a los 18 años deben asumir su independencia, la angustia se apodera aún más de ellos.


Cuando a duras penas han logrado estudiar la educación media, cuando semana a semana vieron pasar el tiempo sin recibir la visita de un familiar, que alguna vez se comprometió sin embargo no llegó, se les desgarra el corazón y sienten un profundo abandono.


Dada esa realidad, me pregunto ¿Cómo van a estar preparados para la vida independiente si no han recibido las herramientas necesarias para desarrollarse en lo emocional, estudiar, trabajar para costearse los estudios, alimentarse y encontrar un techo que los proteja?


Como sociedad, empresas, empresarios, colaboradores, todos tenemos un rol importante en el cual contribuir generando oportunidades laborales para estos jóvenes, apoyando en su educación, acompañándolos, entregándoles habilidades socio emocionales, dándoles ese empuje que necesitan para salir de la invisibilidad en la que han vivido por muchos años. Ayudándolos a creer en ellos mismos, que sí se la pueden, que no están solos y que juntos encontraremos el camino para cumplir sus sueños, permitiendo que ellos por fin se sientan dignos y parte de nuestra sociedad.


Desde nuestra vereda apoyemos la creación de leyes que los protejan, que les den más oportunidades, movilicemos equipos para comprometerse y apoyar a las agrupaciones y fundaciones que reman con fuerza, contracorriente, para que alguien se haga cargo de ellos.

Agradezco haberme encontrado con esta realidad, aunque el aterrizaje haya sido duro y conmovedor, por ser parte de un gran equipo que, desinteresada, voluntariamente y de corazón, está permitiendo la vinculación de empresas con hogares de protección y fundaciones para cambiar esta visión.


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